Catecismo de la Iglesia Católica, punto 2677. «Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros...» Con Isabel, nos maravillamos y decimos: «¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?» (Lc 1, 43)
Porque nos da a Jesús su hijo, María es madre de Dios y madre nuestra; podemos confiarle todos nuestros cuidados y nuestras peticiones: ora por nosotros como ella oró por sí misma: «Hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 38). Confiándonos a su oración, nos abandonamos con ella en la voluntad de Dios: «Hágase tu voluntad».
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Porque nos da a Jesús su hijo, María es madre de Dios y madre nuestra; podemos confiarle todos nuestros cuidados y nuestras peticiones: ora por nosotros como ella oró por sí misma: «Hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 38). Confiándonos a su oración, nos abandonamos con ella en la voluntad de Dios: «Hágase tu voluntad».
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios;
no deseches las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Comentarios
Publicar un comentario