Ir al contenido principal

Retiros para padres y madres

¿Qué es un retiro mensual?

Un tiempo, poco más de una hora, dedicado a encontrarse con Dios. 

Un tiempo centrado en Dios. Dedicado a buscarlo, intentar mirarlo, intentar escucharlo, descubrirlo y, como consecuencia, amarlo. Delante del Sagrario, en el silencio del oratorio, en el sagrario del corazón, meditamos las palabras que nos dirige un sacerdote. Leemos un texto de vida espiritual y reflexionamos sobre algunos aspectos de nuestra vida. Eso es un retiro. Se celebra una vez al mes.
  • Padres: miércoles a las 15:15 en Llaüt.
  • Madres: jueves 15:15 en Aixa.

¿Qué es un curso de retiro?


Días de recogimiento interior destinados al examen reposado sobre todos los aspectos de nuestra vida: la relación personal con Dios y con los demás en la familia, el trabajo y las demás circunstancias de la vida diaria. Se realiza una vez al año y dura 3 días. 

CALENDARIO HOMBRES                  CALENDARIO MUJERES
       


Comentarios

Lo más leído

Marzo

Punto del Catecismo 1703 Dotada de un alma “espiritual e inmortal”, la persona humana es la “única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma”. Desde su concepción está destinada a la bienaventuranza eterna”.

Al encuentro de Jesús

Quédate con nosotros, porque ya está anocheciendo y va a caer el día [1] . «Ésta fue la invitación apremiante que, la tarde misma del día de la resurrección, los dos discípulos que se dirigían hacia Emaús hicieron al Caminante que a lo largo del trayecto se había unido a ellos. Abrumados por tristes pensamientos, no se imaginaban que aquel desconocido fuera precisamente su Maestro, ya resucitado. No obstante, habían experimentado cómo “ardía” su corazón (cfr. Lc 24, 32) mientras él les hablaba explicando las Escrituras. La luz de la Palabra ablandaba la dureza de su corazón y “se les abrieron los ojos” (cfr. Ibid. 31). Entre la penumbra del crepúsculo y el ánimo sombrío que les embargaba, aquel Caminante era un rayo de luz que despertaba la esperanza y abría su espíritu al deseo de la plena luz. “Quédate con nosotros”, suplicaron, y Él aceptó. Poco después el rostro de Jesús desaparecería, pero el Maestro se había quedado veladamente en el “pan partido”, ante el cual se habían abierto...